Una voz entre la multitud..., la mía, que te deja aqui sus palabras para ti...

Desde este pequeño espacio espero poder mostrar cosas de mi.., espero poder hacer que incluso en la distancia vayais sabiendo quien soy y como soy. La vida aporta muchas cosas y tambien la opción de crear espacios como este.. donde ser una voz entre la multitud... Espero que alguien la oiga y aprecie sus palabras...

martes, 2 de septiembre de 2008

Palabras calladas...


Silencio en las palabras, o palabras calladas. Ese es a veces el camino a seguir, porque no siempre se puede decir lo que se quiere, si no lo que se debe.

Cuando alguien querido sufre, cuando alguien importante para uno, pasa por un mal momento, por una situación dolorosa, delicada, agobiante…, espera normalmente recibir, oir palabras que le consuelen, que le tranquilicen, que le hagan ver que todo esta bien… y aunque el yo interior grite por dejar salir otras palabras…, si de verdad se quiere a ese alguien, nos hemos de morder la lengua y dejar que sólo fluyan las palabras justas de apoyo, de soporte, de consuelo… y no aquellas que brotarían sinceras, honestas, francas…, pero que no harían más que provocar que esa persona querida sufra aún más por oir lo que está oyendo…

Ese es el momento de silenciar las palabras, de callarlas…, para que su uso en lugar de ayudar, no haga que ese alguien querido sufra aún más…

Luchar...


Luchamos por algo o por alguien.

Esa es en muchas veces la esencia que nos lleva a seguir, que nos da fuerzas para afrontar los golpes de la vida, los sinsabores de los instantes perdidos, los reveses aparecidos en el camino.

Y es que en ocasiones, casi siempre del modo más inesperado o nacido del lugar más remoto, la vida con sus caprichos y sus sorpresas se empeña en golpearnos justamente donde más nos duele. Y en esos momentos, en nuestro afán de recuperarnos del golpe de buscar la solución, la respuesta, la defensa…, lo que hacemos es aferrarnos a algo, a alguien. Necesitamos un apoyo, un asidero que nos haga ver que no caeremos en un vacío si no que ese agarre nos sujetará aún cuando parezca que todo está perdido.

Esa asa de salvación no siempre es la mejor solución o respuesta, pero…, seguramente si es la mejor defensa, ya que el ser humano siempre busca defenderse de lo que le duele, de lo que le apena, de lo que le desgarra. Y por ello se aferra a la defensa más simple, más rápida… encontrando muchas veces en ello la solución, la respuesta, sin ver que a veces hay otros caminos. Pero hemos nacido para seguir muchas veces ese camino que está ante nosotros, sin mirar los desvíos, sin mirar las encrucijadas, sin mirar los distintos destinos que nos pueden esperar, sean más bellos o menos…

La vida golpea… y nosotros luchamos por algo o por alguien. Luchamos por nuestras parejas, luchamos por nuestros hijos, luchamos por nuestras familias, luchamos por nuestra estabilidad, luchamos por nuestra vida ya construida, luchamos por lo que ya tenemos...

Pero… ¿qué pasa si no existe esa pareja, si no existen esos hijos, si no existe esa familia, si no existe esa estabilidad, si no existe esa vida construida, si no existe eso que ya tenemos…?. Entonces…, ya no tenemos porque luchar

Luchamos por algo o por alguien, pero si ese algo o alguien no está… ya no queda nada por lo que luchar…