Una voz entre la multitud..., la mía, que te deja aqui sus palabras para ti...

Desde este pequeño espacio espero poder mostrar cosas de mi.., espero poder hacer que incluso en la distancia vayais sabiendo quien soy y como soy. La vida aporta muchas cosas y tambien la opción de crear espacios como este.. donde ser una voz entre la multitud... Espero que alguien la oiga y aprecie sus palabras...

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mi ciudad...


El día invitaba a ello y mis pies me han llevado a recorrer los caminos de mi ciudad. Esa ciudad que me vió nacer, que me vió crecer, que ha estado toda la vida junto a mí y que cada noche me abraza al dormirme y me da sus buenos días al amanecer...

Mi ciudad..., esa ciudad que siempre llevo en mi corazón y de la que me confieso admirador. A veces me olvido de lo mucho que la quiero y por ello me gusta de cuando en cuando reafirmarme en ella y recorrerla de nuevo, redescubriendo una vez mas sus maravillosos encantos, sus cautivadores imágenes y sus maravillosos rincones...

Nace ella en la cumbre baja de esa montaña que la corona, de esa atalaya que está ahí como guardián de su belleza, como lugar donde observar desde la altura todo el espacio que ella ocupa. Montaña conocida por su encanto como la montaña mágica..., desde donde en distintos lugares se aprecia la totalidad de la urbe espléndida que se abre a sus pies...

Y en los pies de ese guardián, engalanado por una ermita coronada con un Cristo que da la bendición a la vida que alberga, se extiende mi ciudad. Una ciudad que alberga un parque modernista que es un lujo a los sentidos, que es un espacio destinado al solaz, al paseo mientras te pierdes en la observación de sus múltiples detalles. Un parque nacido de la mente privilegiada de un avanzado a su tiempo y que de un frustrado proyecto burgués nos dejó un legado lleno de columnas sugerentes, una oda a la belleza construida desde los restos de algo derruido, unos paseos engalanados de estructuras fantasiosas que hacen fantasear aun más, un parque donde extasiar y extasiarse recorriéndolo y a su vez observando ahí, a sus pies y entre mosaicos de colores, el resto de esa ciudad que nos espera...

Una ciudad llena de rectangulares calles, dechado del orden urbanístico y que hace que pasear entre ellas sea una constante repetición de espacios engalanados de mil y un balcones, de mil y un entramado de ventanas y terrazas. A derecha e izquierda de alá por donde avances algo te gusta, algo te atrapa, porque en cada espacio igual nace algo distinto. Calles largas en las que se reconoce el Norte y el Sur, en que al final de ellas se ve siempre el destino hacia el que avanzamos... Un dédalo de travesías que hacen que conocerla sea la sencillez llevada a la comodidad del visitante.

Y en medio de esas travesías que componen un armonioso tablero se alza una de las joyas de la corona... Con sus torres desafiantes, con sus torres erguidas al cielo clamando por su solemnidad. Ahí está ella, en constante construcción que nos hace ver que las obras maestras siempre siguen creciendo en busca de la excelencia..., donde cada día vemos mas de como es, de como se pensó, de como se ideó... y que siempre presente nos dice que es uno de los símbolos que embellece la ya de por si bella ciudad...

Recorriendo la ciudad, sin dejar de mirar y admirar siempre se termina por llegar a los que se conoce por su centro, a esa plaza que sin ser nada especial se convierte en algo especial, porque es como el corazón de la ciudad, desde donde latido a latido impulsa a la gente a recorrer sus calles en todos y cada uno de los caminos que en ella nacen..., llevándonos a recorrer ese elegante, amplio y seductor paseo lleno de las mas selectas tiendas pero que a su vez acoge la humildad de todo el que por el paseamos empapándonos de la esencia de sus gloriosos edificios y que se engalana en su parte alta por esas dos joyas monumentales que ideó el mismo que ideó ese parque maravilloso que está en mi ciudad, el mismo que ideó esa joya que ilustra la cuadricula perfecta de calles. Dos edificios que por sus curvas que por su singularidad, que por su atractivo, que por su originalidad, que por su encanto..., se han convertido en lugar ineludible de peregrinaje para todo el que visita mi ciudad...

Pero los latidos de ese centro neurálgico que palpita sin cesar, bombeando gente a todos los lugares de su extensión urbana, también envían gente a recorrer ese paseo arbolado, hervidero de gente, hervidero de colores, hervidero de acentos, hervidero de anécdotas..., lugar donde observar y ser observado, donde disfrutar de esas maravillosas estatuas humanas que dan un toque exótico a un paseo ya de por si exótico. Un paseo que te lleva al mar, a ese mar que acaricia la ciudad, que la envuelve en su suave murmullo, que la refresca al tiempo que le abre una puerta azul a un infinito horizonte.

Mi ciudad.., llena de calles intrincadas en su añejo casco antiguo, llena de maravillosos y bucólicos rincones por los que perderse, empapándose en la esencia de lo que seria vivir tras sus murallas, a la sombra de su catedral y caminando por estrechos callejones sombríos...

Mi ciudad.., esa que frente al mar presenta su otro peñón, que deja a los pies, por un lado la ciudad y por otro la vastedad del mar. Un lugar que sirve para ver de nuevo la inmensa belleza de una urbe, como si un pájaro fuéramos...

Ciudad maravillosa.., llena de contrastes, donde lo viejo se une a lo nuevo, donde lo antiguo y lo moderno se superponen uno al otro, donde la frialdad arquitectónica se conjuga con la calidez de los edificios históricos, donde el disfrute diurno se pierde en el disfrute nocturno...

Hoy paseaba por mi ciudad, admirando y observando.., leyendo en los rostros de la gente el asentimiento de que estaban viendo y viviendo una ciudad maravillosa... Y mientras..., yo se que en mi rostro se reflejaba otra sensación.., la sensación de estar orgulloso de ello, porque yo me siento orgulloso de que esta sea mi ciudad...

Barcelona..., yo no se si será la más bella ciudad del mundo, ni la más limpia, ni la más cultural, ni la más rica, ni la más divertida, ni la más... No, no lo se..., pero si se que no hay otra como ella, porque Barcelona es y será MI CIUDAD!!!

Y yo... estoy enamorado de mi ciudad...